28 de marzo de 2008

Olvidados (IV)


Algunos tenemos un trabajo que en el 80 % de las veces nos da quebraderos de cabeza. El tratar con la gente suele desgastar mucho y a pesar de que hagas tu labor con solvencia, el publico ni te lo valora. Pero hay excepciones y esta es una de ellas. Este Chateau de Gurson da fe de ello, dos botellas dos de este magnítico caldo de Cotes de Bergerac junto con dos tarrinas de autentico paté casero francés dan cuenta de que a veces alguien aprecia tu dedicación. Gracias a Doña Clotilde por su detalle y atención.


El paté era exquisito, yo me lo esperaba algo fuerte porque no soy mucho de cosas de untar (prefiero untar el pan en algo a algo en el pan) pero era suave y ligero, una delicia. Y el acompañamiento ideal era este caldo, muy oloroso y afrutado en abundancia con un toque de vainilla que hicieron que nos ventilaramos las dos botellas y las viandas casi sin darnos cuenta. Realmente hacen grandes vinos en Francia, este es uno de los mejores blancos que he probado nunca, además de ser muy diferente de los españoles. Extraordinario.

1 comentario:

corralo dijo...

esto ya no es lo que era.
¿Qué hay de los vinos económicos?

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