El día de la play sirvió de escusa perfecta para una nueva cata.
Tenía en la bodega un joven de ribera que prometía a priori un buen resultado.
Con este caldo, pensaba yo, romperé el corazón de la más fermosa de las damas.
¡Ay! cuan equivocado estaba. Los 75cl. de la botella, con una presentación en la pegatina muy vistosa y medieval, era tan solo pura fachada.
El pestazo a alcoholes nada más asomar la napia en la copa ya hacía temernos la peor de las respuestas en paladar. Vaya un rasgado.
Todavía me lloran los lagrimales.
Y eso que el tinto manchaba copa y morros, lo cual indica que cuerpo tenía. Lo mismo es que este vino es más indicado para una sobremesa rica en proteínas cárnicas. Nos equivocamos.
Le damos un doblete por ignorancia.
Ahora tendremos que empezar con los blancos.
11 de noviembre de 2007
ABADÍA MANTRÚS por Don Corralo
el discipulo Anónimo tuvo la resaca a las 17:29
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